Julio Peña y la segunda ola del Audio

José Mujica

     ¡Ilustre!...Era tu saludo favorito. Explícame como te fuiste sin despedirte, recién  había comenzado a cuadrar con Chano la logística para que almorzáramos juntos por los lados de la Escuela en las próximas semanas. La última vez estuvimos en el Damasco, recuerdo que rompiste la formalidad proponiendo intercambiar algunas partes de la comida Arabe entre los tres y argumentaste  algo sobre la variedad de los sabores. No soy muy dado a estas alturas a la informalidad, pero contra tu contundencia hasta en las acciones más simples, ¿Quién podía?

    No casualmente fue Chano quien me notificó de tu sorpresiva partida, la cual me movió el piso. Son esas ocasiones donde cualquier expresión que digas por un lado suena muy profunda y siempre apunta a la pregunta ¿Por qué? y donde también sabes que no hay vuelta atrás. Te olvidas momentáneamente que somos humanos y por lo tanto mortales y que solo somos como se dijo en Juan Salvador Gaviota, compañeros de viaje. Sigo impartiendo clases, sigo encaminando junto con mis colegas de la Escuela a las generaciones futura de profesionales y en cada clase amigo mío hay un trozo de nuestras vivencias. Esas vivencias que nos hicieron amigos y que contribuyen a quitar espinas del camino para que nuestro relevo disfrute más de su profesión.

    Recuerdo la emoción que sentimos cuando descubrimos que ambos teníamos la misma consola de mezcla, la Tascam M-3. Fue tanta, que me invitaste a tu casa donde tenías un cuarto de Audio improvisado y compartimos técnicas de conexión y rutéos. Eras un Audiófilo serio al igual que yo. Esa época fue única, supimos que no se repetiría y todos los que la vivimos en la  profesión no desperdiciamos ni un detalle, ERA 1979. Recuerdo que fue gracias a ti que conocí al Oscilador de tonos Teac TO-122A y al poco tiempo lo adquirí por $.80. El mismo Oscilador todavía se usa en la Escuela, esta cerca de cumplir 32 años, es decir Julio fuimos amigos durante unos 33 años. No éramos amigos de todas las épocas ni todos los momentos, pero cada encuentro era conectado con el último que en ocasiones había ocurrido hacía meses.

    Los análisis que ambos hacíamos de nuestras conversaciones tanto técnicas como humanas siempre arrancaban con una afirmación que decía "Sabes que lo que tu dices es verdad", era como decir "¿sabes?, estuve pensando en lo que discutimos la otra vez y tienes razón". Otras expresiones arrancaban con un "Como dices tu", lo que denotaba nuevamente un reconocimiento. Era una relación donde siempre predominó el respeto y el reconocimiento. Eras un portento de la formalidad, cuando te conocí ya eras Ingeniero y yo me iniciaba en los estudio y aprendí de ti muchas  formas, maneras y leyes.   

     Dentro de las cosas que logramos fue que en un tiempo Chano impartiera clases del Nivel III del curso corto de cuatro meses que correspondía a Sistema Móviles y tu impartieras clases del Nivel IV que correspondían a Estudios de Grabación que era tu especialidad. Creímos que eso nos permitiría compartir más pero caímos en la trampa de las ocupaciones, cada uno llegaba dictaba sus clases y se iba. Así que al medio año decidimos que por allí no iba la cosa. Hoy me quedan los recuerdos, como tal vez debe ser. Eso, la verdad es que fue todo un honor poder contar con tu amistad, decencia y respeto. Adiós amigo.

¿Qué te pasó?

Junto con Chano siempre estuvimos buscando un proyecto que nos pudiera unir, pero hoy en día concluyo que los tres sabíamos que era difícil conseguirlo por la naturaleza de nuestros restante compromisos. Nos reunimos a través de los años a ver que podíamos inventar que nos mantuviera juntos porque nos gustaba compartir esa amistad y coincidencia de criterios e ideas.

Esos encuentros están llenos de pequeñas anécdotas. Eran tres tipos con muchas ocupaciones propias buscando una excusa para compartir más tiempo que el que dura una cita. A veces no cumplíamos con las citas por las mismas razones mencionadas, cuando eras tu el que faltaba nos llamabas al tiempo y nos preguntabas "¿Qué te pasó?" En esas ocasiones Chano te reprendía "¿Cómo que qué me pasó Julio? Que no apareciste"  Allí saltabas y decías "No vale, lo que pasa es que ese día estuve hasta tarde en otro compromiso, pero bueno vamos a cuadrar otro encuentro" Y Allí empezaba de nuevo el ciclo. Siempre sabíamos que algún día nos reuniríamos de nuevo y no importaban los intentos fallidos.

Nuestra TEAC TASCAM M-3 

El Oscilador más útil de nuestros tiempos, un generador de ondas era impagable y los magos japoneses de Teac le regalaron al mundo del Audio este milagro